sábado, 27 de septiembre de 2014
martes, 23 de septiembre de 2014
jueves, 18 de septiembre de 2014
EL PERRO DEL CHINO
"Oiga joven!" -Exclamó el anciano ,apoyado entre su desgastado bastón de madera y el murete de piedra de la calle Real.. - "..Escúcheme bien, a ver si usted puede oirlo.."-
- ¿OIr qué caballero? - Respondió el chaval de la gorra.
- "Los gritos..esos gritos y sonidos guturales que emergen de la casita baja de piedra"-
- "Yo no oigo nada ,señor... , nada de nada". -
- "Pues yo le aseguro a usted joven , que desde hace tiempo se escuchan sonidos extraños saliendo de la parte trasera de ese jardín. Y no me mire con esa cara , que no estoy loco..seré viejo, pero no loco."-
La tarde veraniega caia poco a poco y con la lentitud cinematográfica del calor emergiendo del asfalto pueblerino y deformando la visión de un paisaje bochornoso y seco. De cadencia fatigada y polvorienta...
Algunos chicos jovenes , muy jovenes, jugaban en las calles, pero poco a poco se retiraban cansados y sudorosos. El despiadado mes de agosto hacia su trabajo.
Cuando un par de horas después, y llevado por la curiosidad el chaval de la gorra dejó su balón en el suelo y se aventuró a subir la tapia de piedras que bordeaba toda la manzana, llegó hasta el patio que separaba una casita claramente deshabitada de la calle , y logró por fin acceder a asomarse al jardín de la segunda casa, aquella que le habia sido indicada por el anciano cascarrabias, este tan solo se encontró de bruces con la cara de un muchacho, un muchacho aparentemente muy joven , con ojos rasgados y pintas de entre coreano y Vietnamita... que comia anacardos fritos que extraía parsimoniosamente de una bolsa transparente.
El chaval se quedó sorprendido y algo cortado debido al inesperado encontronazo , y en cierto modo quizás también por el miedo a ser acusado de allanamiento de morada.
Pero el otro joven oriental no decia nada, y ni siquiera parecia soprendido por la presencia del extraño en sus dominios. se limitaba a observar d emanera casi pasiva y hasta fingiendo que no habia deparado aún en su presencia, mientras comia y comia los frutos secos con desencantado deleite.
El joven observó los dedos y manos del oriental de piel oscura. Aquellas extremidades parecian.. subdesarrolladas
Procedió después a fijarse en aquel escenario que rodeaba al muchacho. Sentado sobre una vieja uralita que hacia las veces de tejadillo para lo que parecia una caseta o resguardo para algún perro , el suelo repleto de excrementos y .. ¿huesos? desde luego eso parecian aquellos objetos blanco y alargados.. huesos grandes , largos.. algunos aún con cierta carne putrefacta y medio reseca cubriendo alguna parte de los mismos. El chico oriental de oscura piel continuaba mirando al vacio , con la mirada perdida .
El patio era extenso. De suelo adoquinado con una ducha en una de las esquinas, algunos hierbajos sobresalian por entre las juntas de algunos de ellos. Algunas cajas de cartón , baldosines amontonados y algún que otro saco de cemento adornaban el lugar otorgándole un carácter cutre y sucio.
Tras unos instantes casi interminables , sin palabras ni más gestos de los estrictamente necesarios ,el chaval de la gorra pensó en la posibilidad : ¿un chino ciego? .
Llevaba ya muchos años viviendo en el pueblo y jugando al futbol a poca distancia del lugar , y nunca habia deparado en el hecho de que alli viviese gente oriental. Además habia otro detalle curioso y es que no parecia haber nadie más en el interior de la casa, o al menos no se adivinaba presencia ni actividad nunguna, porque, de hecho , todo estaba desmesuradamente en calma. Demasiada tranquilidad .
Y es entonces cuando el chaval de la gorra se fijó en la enorma cola que asomaba por debajo de una de las juntas y tablillas que formaban la estructura de la casetilla sobre la que el muchacho oriental continuaba masticando sin mencionar palabra.. Parecia la enorme cola de una rata.
De pronto el cielo se habia oscurecido y el ambiente habia sido invadido por una extraña sensación de sobrecargo de una atmósfera enrarecida. Uno de esos momentos en los que la extraña sensación de que algo no cuadra, o no va bien.. Las fauces de aquella cosa se somaron por debajo del falso tejadillo.. El muchacho coreano habia dejado de comer y lanzó la bolsa de plástico al suelo, justo al lado de la casetilla . El extraño animal extendió una de sus patas para agarrarla y atraerla hasta su babosa boca. Aunque aquella boca no se parecia a la de ningún animal. Era una especie de pico descarnado y con dientes desordenados y repartidos de forma desigual por las hinchadas y desproporcionadas piezas carnosas que hacían las veces de encía.
El chaval de la gorra habia perdido la susodicha al tratar de descender por el murete y de espaldas sobre sus pies. Cuando quiso darse cuenta estaba en el suelo. Pero aquel animal pareció reaccionar ante el golpe de la caida y se asomó dejando ver gran parte de su cara y cuello. Unos ojos hundidos emergian de la masa informe y peluda con deformes orejas que recordaban a hojas masticadas por roedores. Es entonces cuando el muchacho coreano hizo un además y gritó una palabra ininteligible, posiblemente en algún idioma oriental , o al menos sonaba como tal.. A su orden desconocida en siniestro y deforme animal salió por completo de su escondite dejando ver lo que parecia el cuerpo de una hiena con jirones de pelo colgando por los lados . Un hedor insoportable llegó hasta las narices del chaval de la gorra, que salió corriendo con la susodicha en la mano, solo para recorrer unos pocos metros y ser derribado por el animal. Se desmayó..
Al despertar ya habia amanecido y el anciano le golpeaba suavemente el hombro con su bastón:
- ¿Ya lo ha visto joven? ya lo ha visto?? . Ya se lo dije , yo nunca miento. Un perro muerto. Y ese extraño dueño que tiene.. el chico delgaducho y bajito de aspecto oriental.. Son gente peculiar ¿sabe joven? , ellos no comprenden.. no tienen la misma escala de valores que nosotros... Eso de tener una mascota muerta.. No es muy normal...¡No!! no puede serlo!! a quien se le ocurre... ya no hay valores ni principios... Ellos comen gato y ratas ¿sabe? y no quiera ver que otras cosas terribles hacen con los perros. En fin... Ahora ya lo ha visto y por eso creo joven... que usted habrá cambiado su punto de vista sobre las cosas de manera evidente, ahora que conoce algo más de ese tipo de gente. -
El sol se situaba en lo más alto del cielo del mediodia de verano y atravesaba con sus fuertes rayos la piel y la carne y llegando a los huesos, acaloraba y quemaba con su fuego. El joven se incorporó y se quedó sentado en el suelo unos instantes, aturdido, antes de incorporarse y ponerse de pie , volviendo la vista al murete del jardín del "chino".
- Esa cosa saltó y fue tras de mi derribándome, ¿lo vió usted señor?- Dijo, dirigiéndose al anciano que se limitó a entornar los ojos y negar suavemente con la cabeza mientras respiraba profundamente.
- No joven.. Yo ya no estaba aqui, me habia ido a jugar mi partida de petaca al parque..Pero le puedo asegurar que si escuché sus gritos. Parecia usted preocupado, y no es para menos.... ¡Pero no se preocupe! Ahora que usted lo ha visto, ya conoce la verdad . Y seguró que tendrá más cuidado la próxima vez. ... -
sobre la arena del descampado unas huellas extrañas eran azotadas por el sol de justicia de la tarde de agosto.
- ¿OIr qué caballero? - Respondió el chaval de la gorra.
- "Los gritos..esos gritos y sonidos guturales que emergen de la casita baja de piedra"-
- "Yo no oigo nada ,señor... , nada de nada". -
- "Pues yo le aseguro a usted joven , que desde hace tiempo se escuchan sonidos extraños saliendo de la parte trasera de ese jardín. Y no me mire con esa cara , que no estoy loco..seré viejo, pero no loco."-
La tarde veraniega caia poco a poco y con la lentitud cinematográfica del calor emergiendo del asfalto pueblerino y deformando la visión de un paisaje bochornoso y seco. De cadencia fatigada y polvorienta...
Algunos chicos jovenes , muy jovenes, jugaban en las calles, pero poco a poco se retiraban cansados y sudorosos. El despiadado mes de agosto hacia su trabajo.
Cuando un par de horas después, y llevado por la curiosidad el chaval de la gorra dejó su balón en el suelo y se aventuró a subir la tapia de piedras que bordeaba toda la manzana, llegó hasta el patio que separaba una casita claramente deshabitada de la calle , y logró por fin acceder a asomarse al jardín de la segunda casa, aquella que le habia sido indicada por el anciano cascarrabias, este tan solo se encontró de bruces con la cara de un muchacho, un muchacho aparentemente muy joven , con ojos rasgados y pintas de entre coreano y Vietnamita... que comia anacardos fritos que extraía parsimoniosamente de una bolsa transparente.
El chaval se quedó sorprendido y algo cortado debido al inesperado encontronazo , y en cierto modo quizás también por el miedo a ser acusado de allanamiento de morada.
Pero el otro joven oriental no decia nada, y ni siquiera parecia soprendido por la presencia del extraño en sus dominios. se limitaba a observar d emanera casi pasiva y hasta fingiendo que no habia deparado aún en su presencia, mientras comia y comia los frutos secos con desencantado deleite.
El joven observó los dedos y manos del oriental de piel oscura. Aquellas extremidades parecian.. subdesarrolladas
Procedió después a fijarse en aquel escenario que rodeaba al muchacho. Sentado sobre una vieja uralita que hacia las veces de tejadillo para lo que parecia una caseta o resguardo para algún perro , el suelo repleto de excrementos y .. ¿huesos? desde luego eso parecian aquellos objetos blanco y alargados.. huesos grandes , largos.. algunos aún con cierta carne putrefacta y medio reseca cubriendo alguna parte de los mismos. El chico oriental de oscura piel continuaba mirando al vacio , con la mirada perdida .
El patio era extenso. De suelo adoquinado con una ducha en una de las esquinas, algunos hierbajos sobresalian por entre las juntas de algunos de ellos. Algunas cajas de cartón , baldosines amontonados y algún que otro saco de cemento adornaban el lugar otorgándole un carácter cutre y sucio.
Tras unos instantes casi interminables , sin palabras ni más gestos de los estrictamente necesarios ,el chaval de la gorra pensó en la posibilidad : ¿un chino ciego? .
Llevaba ya muchos años viviendo en el pueblo y jugando al futbol a poca distancia del lugar , y nunca habia deparado en el hecho de que alli viviese gente oriental. Además habia otro detalle curioso y es que no parecia haber nadie más en el interior de la casa, o al menos no se adivinaba presencia ni actividad nunguna, porque, de hecho , todo estaba desmesuradamente en calma. Demasiada tranquilidad .
Y es entonces cuando el chaval de la gorra se fijó en la enorma cola que asomaba por debajo de una de las juntas y tablillas que formaban la estructura de la casetilla sobre la que el muchacho oriental continuaba masticando sin mencionar palabra.. Parecia la enorme cola de una rata.
De pronto el cielo se habia oscurecido y el ambiente habia sido invadido por una extraña sensación de sobrecargo de una atmósfera enrarecida. Uno de esos momentos en los que la extraña sensación de que algo no cuadra, o no va bien.. Las fauces de aquella cosa se somaron por debajo del falso tejadillo.. El muchacho coreano habia dejado de comer y lanzó la bolsa de plástico al suelo, justo al lado de la casetilla . El extraño animal extendió una de sus patas para agarrarla y atraerla hasta su babosa boca. Aunque aquella boca no se parecia a la de ningún animal. Era una especie de pico descarnado y con dientes desordenados y repartidos de forma desigual por las hinchadas y desproporcionadas piezas carnosas que hacían las veces de encía.
El chaval de la gorra habia perdido la susodicha al tratar de descender por el murete y de espaldas sobre sus pies. Cuando quiso darse cuenta estaba en el suelo. Pero aquel animal pareció reaccionar ante el golpe de la caida y se asomó dejando ver gran parte de su cara y cuello. Unos ojos hundidos emergian de la masa informe y peluda con deformes orejas que recordaban a hojas masticadas por roedores. Es entonces cuando el muchacho coreano hizo un además y gritó una palabra ininteligible, posiblemente en algún idioma oriental , o al menos sonaba como tal.. A su orden desconocida en siniestro y deforme animal salió por completo de su escondite dejando ver lo que parecia el cuerpo de una hiena con jirones de pelo colgando por los lados . Un hedor insoportable llegó hasta las narices del chaval de la gorra, que salió corriendo con la susodicha en la mano, solo para recorrer unos pocos metros y ser derribado por el animal. Se desmayó..
Al despertar ya habia amanecido y el anciano le golpeaba suavemente el hombro con su bastón:
- ¿Ya lo ha visto joven? ya lo ha visto?? . Ya se lo dije , yo nunca miento. Un perro muerto. Y ese extraño dueño que tiene.. el chico delgaducho y bajito de aspecto oriental.. Son gente peculiar ¿sabe joven? , ellos no comprenden.. no tienen la misma escala de valores que nosotros... Eso de tener una mascota muerta.. No es muy normal...¡No!! no puede serlo!! a quien se le ocurre... ya no hay valores ni principios... Ellos comen gato y ratas ¿sabe? y no quiera ver que otras cosas terribles hacen con los perros. En fin... Ahora ya lo ha visto y por eso creo joven... que usted habrá cambiado su punto de vista sobre las cosas de manera evidente, ahora que conoce algo más de ese tipo de gente. -
El sol se situaba en lo más alto del cielo del mediodia de verano y atravesaba con sus fuertes rayos la piel y la carne y llegando a los huesos, acaloraba y quemaba con su fuego. El joven se incorporó y se quedó sentado en el suelo unos instantes, aturdido, antes de incorporarse y ponerse de pie , volviendo la vista al murete del jardín del "chino".
- Esa cosa saltó y fue tras de mi derribándome, ¿lo vió usted señor?- Dijo, dirigiéndose al anciano que se limitó a entornar los ojos y negar suavemente con la cabeza mientras respiraba profundamente.
- No joven.. Yo ya no estaba aqui, me habia ido a jugar mi partida de petaca al parque..Pero le puedo asegurar que si escuché sus gritos. Parecia usted preocupado, y no es para menos.... ¡Pero no se preocupe! Ahora que usted lo ha visto, ya conoce la verdad . Y seguró que tendrá más cuidado la próxima vez. ... -
sobre la arena del descampado unas huellas extrañas eran azotadas por el sol de justicia de la tarde de agosto.
martes, 9 de septiembre de 2014
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